En pleno 2025, ya casi no recordamos cómo era cuando las transferencias no llegaban de inmediato. Ahora es normal que, al hacer un pago, el dinero aparezca al instante en la cuenta de nuestro destinatario, listo para ser gastado, ahorrado o incluso transferido de nuevo.
Sin embargo, esta realidad no es universal. En muchos países, los sistemas de pago siguen operando con esquemas antiguos y tradicionales que para nosotros ya son parte de la historia.
Por suerte, para muchos, los pagos instantáneos están siendo protagonistas de las economías contemporáneas, impulsados por bancos centrales, regulaciones innovadoras y la adopción tecnológica que está modernizando los sistemas de pago.
Fuente: Pymnts Intelligence
Mover dinero de manera inmediata, debería ser simple y obvio si el dinero está hecho de bits, pero detrás de esta aparente simplicidad hay una compleja infraestructura que lo hace posible.
Pero ¿son realmente instantáneos los pagos o cuál es el truco para que lo parezcan? ¿Qué modelos de pagos instantáneos existen y cómo funcionan?
Si te interesan las respuestas a preguntas como estas, en este artículo trataré de explicarlas y veremos también cómo en Chile las populares TEF logran ofrecer una experiencia de pago “instantáneo” sin serlo realmente.
Un pago instantáneo es una transferencia en la que, en tiempo real o casi real, el dinero se mueve de una cuenta a otra.
Esto significa que el destinatario puede acceder al dinero inmediatamente después de que se haya completado la transacción, independientemente de la hora o el día de la semana. Esto es posible gracias a una infraestructura de pagos moderna que puede garantizar la disponibilidad de los fondos, incluso utilizando algunos “trucos” para que esto sea posible antes de que realmente se mueva el dinero entre las cuentas.
El término “instantáneo” no siempre es literal en términos técnicos.
En muchos casos, aunque los fondos figuran disponibles al instante, la liquidación, es decir, el verdadero movimiento de dinero entre las instituciones financieras, ocurre más tarde y, en general, por lotes.
Las transferencias que nos hacemos entre personas (P2P) e incluso en los pagos a los comercios (C2B) están categorizadas bajo la denominación de “bajo valor”, dado que los montos son bajos en comparación con el traspaso de fondos cientos de veces superior (alto valor), que en general realizan algunas instituciones financieras a otras.
Bajo esa distinción, los sistemas de pago, que, si no es en todos los países del mundo, será en casi todos controlados por los bancos centrales, presentan diferentes tecnologías y mecanismos para mover el dinero. Y en el caso de las transferencias que todos conocemos, suelen ser intermediadas por las cámaras de pago de bajo valor (CPBV), que se encargan de varias tareas importantes para hacer que el dinero se mueva de manera correcta entre las instituciones participantes.
Esta distinción es importante para comprender cómo operan realmente los pagos instantáneos y cómo se maneja el riesgo de liquidez asociado por parte de las entidades financieras, cuando muchas veces no hay un movimiento de dinero real por cada transacción.
Los bancos centrales, en sus sistemas de pago, a veces delegan ciertas funciones a instituciones supervisadas. Sin embargo, ellos mismos suelen administrar la parte más crítica y sensible: el módulo LBTR (Liquidación Bruta en Tiempo Real), reservado generalmente para transacciones de alto valor, como las realizadas entre bancos y gobiernos.
En el caso de los pagos de bajo valor, la infraestructura es distinta. Estos pagos nunca se liquidan de manera inmediata ni directamente en el LBTR, ya que la gran cantidad de transacciones por segundo haría el proceso demasiado costoso e ineficiente. Para ello existen las Cámaras de Compensación de Bajo Valor (CPBV) que consolidan y reconcilian múltiples transacciones, que luego se liquidan como una sola operación neta en el LBTR. Y para que se perciba instantáneo sin serlo, las instituciones participantes confían en la información consolidada de la cámara que gracias a tu tecnología puede asegurar que las transacciones luego cuadrarán y se podrán liquidar.
Ejemplo Práctico: El Flujo de un Pago
Supongamos que haces una transferencia a un amigo. El flujo de ese pago sería el siguiente:
1. Instrucción: Tu banco verifica que tienes los fondos suficientes y envía una instrucción de pago al banco de tu amigo a la cámara de compensación.
2. Validación: La cámara anota esta transferencia y, dada la información que tiene de los participantes y sus fondos, certifica como válida la operación, informando al banco de tu amigo que puede acreditar el pago en su cuenta.
3. Acreditación Anticipada: Aunque la liquidación no ocurre en el instante de la transacción, la cuenta del banco de tu amigo refleja inmediatamente el saldo. Esto pasa porque el banco asume que, cuando se materialice la liquidación, el banco emisor podrá cubrir esta transferencia, dado que la cámara mantiene un sistema de información garantizada de los fondos de todos los participantes. Basada en ella, puede acreditar cada movimiento hacia el banco receptor.
4. Agrupación: La cámara junta esta transferencia con muchas otras realizadas desde tu banco para el banco de tu amigo durante un período específico de tiempo, definido por la misma cámara y su tecnología. Lo mismo hace con las transferencias que vienen del banco de tu amigo hacia el tuyo.
5. Cálculo de Posiciones Netas: Al cerrar el lote de su ventana de tiempo, calcula los débitos y créditos netos entre los dos participantes, es decir, cuánto el banco de origen le transfirió al de destino y viceversa, obteniendo la diferencia. Sumando y restando los costos que se pagan entre bancos por cada transferencia.
6. Liquidación: Con esta información, la cámara es capaz de actualizar las posiciones de ambos bancos en el LBTR, que efectuará el movimiento real de los fondos de forma definitiva en las cuentas que estos tienen en el Banco Central.
Este proceso hace que el pago se sienta instantáneo para el usuario, aunque técnicamente la plata se mueva mucho después.
El tiempo que tarda cada liquidación real, depende en gran medida de la misma cámara. Al parecer antes de la revolución de los pagos instantáneos, las cámaras no sentían la confianza en su tecnología para ofrecer pagos más rápidos, quizás por el peso de una costumbre heredada de cuando las cámaras eran totalmente manuales y contaban cheques y billetes solamente, en horario bancario de lunes a viernes, cuando las personas trabajaban. Mover plata es delicado y hasta peligroso frente a posibles fraudes, pero con tecnología bien aplicada se puede asegurar que los movimientos son correctos por rápidos que estos sean.
Y, ¿cómo pueden confiar los bancos en la cámara para asegurarse que cuando realmente se liquiden los fondos?, ¿el otro banco tendrá la plata que dice tener?
Diferentes países han desarrollado sistemas que permiten pagos inmediatos, con diversos enfoques y niveles.
Algunos tienen sistemas basados en pre-fondeo, donde los bancos participantes mantienen un saldo predefinido en la cámara de compensación o en su cuenta en el banco central, garantizando así que los fondos estén disponibles para las transacciones en tiempo real y no falte cuando se liquiden en las cuentas. Un ejemplo es el de Pix en Brasil, donde los bancos aseguran fondos antes de procesar transferencias.
Otros usan ciclos de compensación frecuentes, en que las cámaras procesan transacciones en pequeños lotes con intervalos de tiempo muy cortos, como cada cinco minutos. Por ejemplo, Faster Payments en Reino Unido utiliza esta metodología con liquidaciones rápidas.
También hay otros que combinan compensación rápida con liquidaciones diferidas, permitiendo flexibilidad para bancos y usuarios, como CoDi en México, un sistema derivado de SPEI, diseñado para pagos de menor valor.
En Chile, las Transferencias Electrónicas de Fondos (TEF) son nuestra versión chilensis de los pagos instantáneos. Las TEF son gestionadas por la Cámara de Compensación Automatizada (CCA), a la cual se conectan todos los emisores de cuentas bancarias y de prepago. Es un modelo que se creó para equilibrar eficiencia y costo. Funciona en base a un procesamiento por lotes, donde la liquidación ocurre de manera diferida. Entrega una experiencia de instantaneidad gracias a un acuerdo entre los bancos para mantener información fidedigna y actualizada en la CCA respecto a sus fondos, para poder acreditar las transferencias sin liquidar necesariamente los fondos hasta cerrar el lote.
Fuente: BCCh
Como muestra la imagen, hasta hace poco los bancos sólo podían delegar en la CCA la tarea de compensación, es decir, la organización de las transacciones entre ellos. Sin embargo, no se encargaba de la liquidación directa. Cada banco debía gestionar su propio riesgo y realizar la liquidación directamente en el Banco Central, una vez que la CCA conciliaba (determinando quién debía a quién y cuánto).
Con la entrada en vigencia de la nueva Ley Fintech (2023) y el capítulo III.H.6, que promueve la creación de Cámaras de Pago de Bajo Valor (CPBV) por parte de bancos y otras instituciones financieras, la CCA se vio obligada a transformarse en una de estas cámaras. Esto le permite ahora liquidar directamente las posiciones netas en el Banco Central.
Gracias a este cambio, las TEF se consolidan como el sistema de pagos instantáneos del país, cumpliendo con la inmediatez para el usuario y garantizando la interoperabilidad entre emisores.
Además, en el futuro, existirá la posibilidad de operar a través de diferentes cámaras de compensación, lo que fomentará la competencia en términos de eficiencia y costos, el objetivo principal de estas cámaras.
Aún queda pendiente, sin embargo, un aspecto importante: la implementación masiva de pagos C2B (consumidor a comercio). El Banco Central ha prometido impulsar este desarrollo a corto plazo, ya que podría contribuir a reducir aún más el uso de efectivo en la economía
A modo de resumen, podemos identificar diversos beneficios que traen los pagos instantáneos para la economía de los países y que los vuelven cada vez más relevantes.
A pesar de sus ventajas, los pagos instantáneos enfrentan una serie de desafíos que limitan su expansión y popularidad. Estos riesgos abarcan desde problemas técnicos hasta consideraciones económicas para los emisores.
El futuro de los pagos se dirige hacia la interoperabilidad global, con sistemas que permitan transferencias rápidas, seguras y económicas tanto dentro del país como transfronterizas. En ese contexto, el rol que cumplen los bancos centrales para promover o impulsar la interoperabilidad es fundamental. Es por eso que el nuestro debería concretar las promesas y establecer una normativa que empuje iniciativas como Redpay o alguna de carácter universal para todos.
Los pagos instantáneos no solo son una herramienta financiera; son un catalizador para una economía más inclusiva y dinámica. Pero, como siempre, la clave estará en diseñar soluciones adaptadas a las necesidades reales de las personas y el mercado.
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