Quien ha estado en el mundo corporativo sabe que siempre hay batallas de perspectivas. Ya sea para crear un nuevo proceso, implementar nueva tecnología o definir prioridades.
Por más que las personas estén alineadas con el propósito, decidir se vuelve un desafío.
El proceso de la toma de decisiones se retrasa. Ya no solo demoraría semanas sino meses o años, con el impacto económico y político que esto representa.
Los organismos que atraviesan procesos de transformación digital se enfrentan a esta batalla de mantener lo viejo vs. lo nuevo y decidir. En este contexto, toman decisiones estratégicas y efectivas en medio de escenarios caóticos.
El caos nos hace pensar en la emergencia de eventos impredecibles y aleatorios. Sin embargo, es, al mismo tiempo, una sorpresa predecible. No sabemos cuándo puede llegar, pero sabemos que llegará.
Y mientras más se transforme y crezca una organización, es más seguro que el caos emerja.
Una herramienta útil para las organizaciones es la creación e implementación de modelos de gobernanza: gobernar en escenarios donde múltiples plataformas, servicios y tecnologías se interrelacionan.
El concepto de gobernanza puede aplicarse a las corporaciones, las tecnologías de la información (TI) y los datos.
Acá nos referimos, en específico, a la gobernanza de plataformas digitales.
En palabras de Lisa Welchman, autora del libro Managing Chaos: Digital Governance by Design, “la gobernanza digital es la forma en que los organismos gestionan y toman decisiones sobre sus ecosistemas digitales, a través de un conjunto de políticas, procesos y estructuras que se establecen para guiar y regular la gestión de los activos digitales de una organización”.
Transitar en ecosistemas complejos a nivel de plataformas digitales y, al mismo tiempo, con complejidad en políticas internas es una combinación perfecta para que el caos haga lo suyo.
Y el resultado de esto es un organismo que se mueve a pasos de tortuga.
La gobernanza de plataformas digitales tiene un rol importante en las organizaciones porque se encarga de establecer políticas necesarias para garantizar que el flujo de decisiones no se atore en el camino y sea efectivo para avanzar hacia las prioridades estratégicas.
Es liberar la carretera para que los diferentes equipos y sus plataformas puedan fluir, contando con los recursos necesarios para trabajar alineados, de manera transparente y colaborativa.
Benoit Reillier refuerza estos conceptos en su libro “Platform Strategy: How to unlock the power of communities and networks to grow your business”.
Cuando hablamos de adoptar modelos que gobiernan lo general es encontrarnos con resistencia.
La capacidad de adaptarse de personas y organismos entra en conflicto con el status quo.
Y en medio del cambio podemos encontrar fricciones. Pero cuando prevalece la implementación de la gobernanza, los resultados pueden ser mayores:
El resultado de la implementación de modelos de gobernanza será la construcción de equipos innovadores que se adapten fácilmente a los cambios y las necesidades emergentes que ocurran.
La gobernanza nos da una perspectiva más positiva del caos.
Tener muchas prioridades, al mismo tiempo, nos hace caer en la tentación de tomar decisiones apresuradas y sin una estrategia clara.
Esto puede llevarnos a perder recursos, el enfoque y no alcanzar los objetivos clave de la organización. En lo político, los procesos o lo tecnológico, el caos puede obstaculizar la toma de decisiones y hace ineficientes los procesos ya establecidos.
Al implementar modelos de gobernanza en plataformas digitales no solo mejora la forma en que deciden los líderes, sino también la eficiencia y el éxito de la organización. Los equipos de diversas áreas reciben el permiso y la libertad para experimentar e innovar en escenarios de colaboración.
No hay que tener miedo del caos. Al contrario: debemos tener curiosidad y disposición de organizar ese caos a través de modelos de gobernanza de plataformas digitales para construir mejores organizaciones.
