¿Cuál es la relación entre las papas fritas de Wendy’s y las universidades?

Evelyn Beatriz Córdova Villanueva Evelyn Beatriz Córdova Villanueva

20 septiembre, 2021 | 13 minutos

Hay una enorme diferencia entre abrazar el cambio y verse obligado a cambiar. Esta es la lección que una cadena de comida rápida le deja a la Educación Superior.

Wendy’s decidió este año cambiar algo que les funcionó increíble durante la última década: la forma como preparan sus queridas papas fritas. La nueva receta les permite retener el calor y la frescura entre 15 y 30 minutos. Así, pueden cumplir con los requerimientos que trae el fuerte crecimiento que han tenido en drive-thru, take-out y otros canales de venta fuera de sus restaurantes, explicó John Li, vicepresidente de Innovación Culinaria de Wendy’s.

No era la primera vez que la cadena cambiaba la receta de sus papas fritas para adaptarse a una nueva estrategia de mercado. Ya lo habían hecho antes, en 2010, cuando empezaron a vender papas cortadas al natural con sal marina. La reformulación era coherente con el eslogan que Wendy’s usaba hacía un año: “You Know When It’s Real” (“Tú sabes cuando es Wendy’s” en Latinoamérica).

Algunos de ustedes pueden pensar que esto no es una innovación radical ni un salto cuántico en el modelo de negocio de Wendy’s.

Y es posible que tengan razón.

Pero lo que ese caso nos deja en claro a todos es la capacidad de Wendy’s para detectar cuándo deben revisitar y modificar algo que, aparentemente, no necesita ser alterado porque va muy bien o porque no tendrá un GRAN impacto en la organización.

Cuando se decide hacer cambios de manera incremental e iterativa, en lugar de implementar transformaciones extremadamente radicales solo cuando sean necesarias, se obtiene una organización sólida que siempre está lista para enfrentar mejor la transformación. El cambio se percibe como fluido y orgánico, porque lo vive de una manera natural.

 

Yendo aún más lejos: Wendy’s nos enseña con una simple papa frita que hay una enorme diferencia entre abrazar el cambio y verse obligado a cambiar cuando las cosas no van bien para la organización porque “no lo veíamos venir” (¡Oh! ¡¿en serio?!). Abrazar el cambio significa que la transformación es parte de tu vida, que es (y se siente y se acepta) natural para ti.

 

Esta no es la primera vez que Wendy’s decide cambiar sus papas fritas para adaptarse a una estrategia de mercado.

–Ok, Evelyn, ¿cuándo vas a hablar sobre qué diablos tienen que ver las papas fritas con las universidades?

Tranquila, mi gente, aquí vamos.

Érase una vez durante la pandemia del covid-19 que muchas universidades tuvieron que transformarse radicalmente. Hubo traumas, fricción y aversión para la mayoría de las personas que estuvieron involucradas en este cambio.

Para otras casas de estudio, en cambio, estas modificaciones no fueron tan traumáticas, ya que habían decidido, poco a poco, abrazar el cambio como algo habitual, constante y, sobre todo, necesario.

Algunas universidades se dieron cuenta de que no eran muy distintas desde que se creó el concepto de universidad, más o menos en la Edad Media. Incluso, la configuración de sus aulas seguía siendo casi la misma de aquellos tiempos. Antes de la pandemia sentían que la tecnología y la transformación digital estaban muy lejos y pensaban que podían mantenerse al margen (ahora es el momento de pensarlo dos veces, mi gente).

Una clase universitaria del siglo XIV, ¿ven las similitudes? (Autor: Laurentius de Voltolina)

Al contrario, las universidades que decidieron cambiar un poco cada día antes de la pandemia hicieron la transición de una manera más fácil, rápida y con mayor precisión. Y lo que es más importante: su gente terminó menos estresada con el cambio; se sintieron más empoderados y lideraron esta transformación.

Lo que parecía ser “demasiado moderno” para los demás (“¿Modelos híbridos? Pero, ¿quién necesita eso HOY? No, y no. Podemos esperar diez años más para eso”, dijeron), resultó ser el entrenamiento para lo que esta pandemia requería. Las universidades que ya venían transformándose pudieron detectar justo a tiempo cuándo adoptar los cambios, planificados o no, de manera incremental e iterativa.

Eso las salvó de una hecatombe.

La matrícula de estudiantes de pregrado y posgrado en EE.UU. cayó 2,5% desde el segundo semestre de 2019. (Fuente: Fall College Enrollment Plummets For 1st-Year Students)

Entonces, ¿cuál es la relación entre las papas fritas de Wendy’s y las universidades?

 

Tomar la decisión de revisar y cambiar lo que es parte de su core es una de las mejores decisiones que pueden tomar los directivos, incluso, si a su organización le va fantástico. Saben que servirá de preparación para navegar mejor por el cambio inevitable.

 

Las universidades deben salir de la parálisis paradigmática ahora. Estados Unidos ya lleva dos años con las matrículas más bajas de su historia. Y esa ola llegará a Latinoamérica. Tarde o temprano, pero llegará.

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