Los incendios forestales arrasaron con más de 450 mil hectáreas en el centro-sur de Chile.
Imagen de Joanne Francis en Unsplash.
Hace unos meses publiqué un artículo sobre los desafíos en la gestión de siniestros automotrices, motivada por el aumento en los plazos que las aseguradoras tardaban en la reparación y reposición de los vehículos.
La contingencia me lleva a la gestión de siniestros. Otra vez.
Esta temporada, los incendios forestales han provocado la muerte de 25 personas y han arrasado más de 452 mil hectáreas, especialmente en la zona centro y sur de Chile.
La situación es dramática, solo comparable con la emergencia de 2017, cuando se registraron más de 547 mil hectáreas afectadas.
Al momento de escribir estas líneas todavía hay 260 incendios activos, siete mil personas se encuentran damnificadas y más de tres mil casas han sido destruidas por el fuego.
En estos momentos es cuando la respuesta de las aseguradoras tiene que ser rápida, precisa y justa.
Frente a la emergencia, la Comisión para el Mercado Financiero (CMF) instruyó a las compañías de seguros “reforzar sus canales de atención y tomar las medidas necesarias para que los afectados tengan una pronta gestión de liquidación y pago de los siniestros”.
Además, les solicitó informar cada semana sobre los montos asegurados en las zonas afectadas por los incendios, la suma de los siniestros identificados a la fecha y el impacto en las operaciones de sus oficinas y sucursales.
Con información al 13 de febrero, los montos siniestrados denunciados alcanzaban los US$37,2 millones, lo que representa el 0,7% las ventas de las compañías de seguros generales durante 2022.
Obviamente, estas cifras subieron con el correr de los días. Para los megaincendios de 2017, las aseguradoras calcularon en más de US$100 millones las indemnizaciones.
El llamado de la CMF apunta a agilizar un proceso que, tradicionalmente, no lo es.
El paso a paso para denunciar un siniestro por incendio y esperar el pago no es rápido. Es cosa de darle un vistazo:
El denunciante debe verificar si contrató la cobertura necesaria para cobrar el seguro.
Tiene que contactar a la compañía para dar aviso del siniestro (por teléfono, en su sitio web o en una sucursal).
La compañía le dará un código de siniestro y liquidador.
El liquidador emitirá su informe antes de 45 días corridos desde la fecha del denuncio, excepto que el monto de la prima anual supere 100 UF. En ese caso, son 90 días corridos.
Si el denunciante acepta el reporte, la compañía paga. Si lo impugna, el liquidador deberá revisarlo.
El liquidador puede rectificar el informe o insistir en su decisión. Si persiste, el denunciante puede aceptarla o rechazarla otra vez. En este último caso, debe recurrir al Defensor del Asegurado, una figura bastante desconocida.
Este defensor resolverá el reclamo y el denunciante puede aceptar su decisión o rechazarla y recurrir a otras instancias administrativas o judiciales.
En el mejor de los casos, el asegurado recibirá el pago en unos 45 días. Pero si no está conforme con el informe del liquidador, el proceso llega a durar meses. Además, los liquidadores pueden solicitar prórrogas por 45 días a la CMF, lo que alarga más los plazos.
En este proceso las comunicaciones con el asegurado suelen ser escasas e insuficientes, lo cual es grave si consideramos que esa persona (o empresa) pudo haber perdido su cosecha, hogar o medios para ganarse la vida.
¿Cómo podemos mejorar esto?
Una respuesta la entregan los seguros paramétricos.