Siempre me ha llamado la atención que la noción más común sobre innovación digital en salud y ‘hospitales del futuro’ está altamente centrada en el uso de tecnología, descuidando el componente humano.
Sin embargo, sería sesgado decir que la tecnología no tiene valor, ya que ha jugado un rol clave en los avances de salud de los últimos años.
Tiene mucho más sentido entender que es la combinación de ambos aspectos la que ha logrado que algunos gobiernos, hospitales y clínicas avancen de manera más ágil en la introducción de nuevos o mejores servicios a través de la digitalización.
En 2018, realicé mi tesis de magíster, donde investigué los factores que influyen en la adopción e introducción de tecnología blockchain en los registros clínicos electrónicos del Reino Unido.
Definí mi línea de investigación basándome en dos aspectos. El primero tenía que ver con mi intención de aprender más sobre nuevas aplicaciones de esta tecnología y, el segundo, con mis ganas de conocer por dentro hospitales y profesionales que están innovando en salud. Así, diseñé mi trabajo para obligarme a visitar la red del reputado National Health Service (NHS) en el área de Greater Manchester y entrevistar a profesionales relacionados con salud digital.
Honestamente, quedé muy sorprendido de que el relato de mi entrevistado fuera tan cotidiano y natural. Para mí, no era común encontrar una mentalidad tan abierta a la experimentación en las instituciones de salud.
La primera de estas entrevistas fue con el jefe de Informática Clínica del Salford Royal Foundation Trust, uno de los hospitales más innovadores del país. En 2016, fue seleccionado como uno de los primeros 11 recintos para lanzar el programa contemporáneo más importante de digitalización del sistema sanitario inglés: el Global Digital Exemplars (GDE).
Estaba ansioso. Había leído mucho sobre los avances digitales de ese hospital. y sabía que mi entrevistado era una eminencia en estos temas (hoy, es el jefe de Informática Clínica del NHSx).
Quedamos de encontrarnos en una cafetería del hospital. Para llegar ahí, subí unos cuantos pisos. En el ascensor, me topé con un médico que relataba en una grabadora la historia clínica y parte de los procedimientos que había realizado con un paciente. Al llegar a su piso, salió hacia el pasillo y continuó hablando mientras se dirigía hacia la puerta de una habitación, donde probablemente visitaría a otro paciente.
Tuve mucha curiosidad por saber más sobre lo que vi. No por la tecnología en sí misma, sino que por la sospecha de haber visto a un profesional gestionando recursos para lograr ver más pacientes en menos tiempo. Cuando me encontré con mi entrevistado, arranqué con este tema pese a que no era lo central de mi trabajo.
Estas acciones eran parte de lo que estaban haciendo desde hacía algunos años en el marco del programa GDE, que buscaba que los proveedores del sistema de salud británico integraran y consolidaran el uso de tecnologías. El médico en el ascensor era parte de un plan piloto en el que los profesionales de la Urgencia y los que atendían pacientes en sala grababan su voz en un dispositivo digital. Ese registro era procesado por un sistema de reconocimiento de voz que lo incorporaba a la historia clínica del paciente.
Esto me comenzaba a entusiasmar.
En este producto mínimo viable (MVP), la transcripción era revisada manualmente por un asistente. Este profesional detectaba los errores más comunes para entrenar el algoritmo que traspasaría la información definitiva a los registros clínicos electrónicos.
Honestamente, quedé muy sorprendido de que el relato de mi entrevistado fuera tan cotidiano y natural. Para mí, no era común encontrar una mentalidad tan abierta a la experimentación en las instituciones de salud.
Como ya había entrado en el tema, aproveché de preguntar por los beneficios del sistema. Para el hospital, su valor se relacionaba con un ahorro de tiempo que, a su vez, repercutía en una baja de costos. Aunque aún no estaba plenamente implementado, este proceso ya permitía ahorrar cerca de 500 mil libras al año (alrededor de 500 millones de pesos chilenos).
Los hospitales del NHS se convierten en un GDE cuando mejoran notablemente sus servicios utilizando tecnología digital. Estos adelantos son calificados utilizando un cuestionario de autoevaluación que es revisado por una comisión con el objetivo de que la institución estatal de salud decida qué organizaciones calificarán para el programa. Una vez dentro, los GDE comparten sus aprendizajes y experiencias a través de blueprints para que otras organizaciones de salud sigan sus pasos hacia la digitalización.
El cuestionario mide cómo los hospitales entregan sus servicios, siempre con el propósito de que el sistema sanitario logre ser paperless o ‘sin papel’. Contiene 179 preguntas que abordan fortalezas y debilidades en tres áreas:
Una vez que un hospital es seleccionado en el programa, será hora de ponerse manos a la obra. El NHS y la autoridad de salud local pondrán recursos y centrarán esfuerzos para que la institución elegida resuelva problemas mediante el uso de la tecnología y pueda extrapolar su experiencia a otros centros asistenciales de la manera más eficaz.
Veamos esto en acción. Mencionaré tres ejemplos de desarrollos realizados por el Salford Royal Foundation Trust en el marco del programa GDE que vi con mis propios ojos.
El delirio es una alteración aguda del estado mental que genera confusión, alteración de la conciencia y desorientación. Las personas afectadas pueden presentar alucinaciones, agitación y alteración de la alerta.
El delirio es un importante signo de sobrevida ya que una de cada cinco personas que lo presentan pueden presentar alto riesgo de fallecer.
No siempre es diagnosticado o tratado a tiempo debido al desconocimiento de sus síntomas o a que puede ser confundido con algunas características de las demencias.
El Salford Royal desarrolló una herramienta de evaluación digital que ayuda al personal médico y de enfermería a detectar delirio en mayores de 65 años. El sistema les informa y genera alertas tempranas para que los médicos especialistas visiten a los pacientes y comiencen sus tratamientos a tiempo.
Los resultados de esta estrategia han sido interesantes. Durante el primer año, el número de casos de pacientes detectados con delirio aumentó 34%. Esto se tradujo en una disminución de 11% de los días de hospitalización y un ahorro 1,7 millones de libras.
El Departamento de Salud Renal del Salford Royal atiende 1,5 millones de pacientes a través de seis hospitales de la región.
En estos centros de salud, los especialistas del Salford Royal respondan dudas, entregan orientación y deciden cuándo y dónde derivar. El contacto se hacía a través de un sistema telefónico que recibía un promedio de 35 llamadas al día. Cada consulta demoraba alrededor de nueve minutos en ser resuelta y documentada.
Con el objetivo de responder a esta demanda, el hospital desarrolló una plataforma llamada Patient Pass. El sistema buscaba reducir las demoras en las llamadas, mejorar el flujo de trabajo de los equipos, estandarizar la documentación y dar mayor visibilidad a la lista de derivación de pacientes a través de la red.
Funcionaba bajo un modelo ‘hub and spoke’, donde existe un hospital central o ‘hub’ con experiencia y profesionales capacitados para dar atención a distancia a hospitales ‘spoke’.
La solución ha sido adoptada por todos los hospitales de la región Noroeste de Inglaterra.
Y hay resultados interesantes. Los ‘spoke’ pueden ver en menos de tres minutos si hay camas disponibles para derivar a sus pacientes. El sistema, además, contribuyó a disminuir el flujo telefónico, eliminando 20 llamadas por día gracias a que prioriza las consultas urgentes.
El accidente cerebro vascular es una patología muy frecuente. Sus señales más claras de alerta son la parálisis o debilidad en la mitad de la cara, un brazo o una pierna y dificultades en el habla o alteraciones en el lenguaje.
Entre el 30% y el 50% de los pacientes que ingresan con sospecha de ACV a la unidad especializada del Salford Royal lo hacen en ambulancia.
Hay vasta evidencia de que el tiempo es crucial en el tratamiento de estos accidentes, por lo que la mayoría de los afectados llega directamente al Salford Royal, saltándose su hospital de referencia o consultorio local.
Sin embargo, muchos pueden estar sufriendo un cuadro de ‘imitación de ACV’ en realidad. La sintomatología corresponde al ACV, pero se trata de un falso positivo que se detecta tras un estudio más acabado. Esto puede gatillarse por episodios de convulsiones, trastornos del metabolismo o un síncope.
El uso de la aplicación ha logrado una notable reducción de los falsos positivos ingresados al centro de ACV del Salford Royal.
Como el primer contacto con estos pacientes lo realizan los paramédicos de las ambulancias, se desarrolló una solución que apoya sus decisiones y maximiza los esfuerzos y recursos del sistema de salud. Se trata de una aplicación móvil que permite reconocer la sintomatología FAST (del inglés, cara, brazo, habla y tiempo) y despliega opciones de otros síntomas que el paramédico debe agregar o descartar entre 10 y 15 segundos.
Si en esta primera identificación se detectan criterios de exclusión de ACV, la app derivará al servicio de urgencias más cercano. La introducción de la aplicación fue gradual después de entrenar a un grupo de paramédicos. Y sus resultados ya han logrado una notable reducción de los falsos positivos ingresados al centro de ACV del Salford Royal.
El nivel de madurez digital del Salford Royal en la ciudad de Manchester ha sido fundamental para la generación de soluciones de salud centradas en el paciente. El balance entre avances tecnológicos, gestión y formación de capital humano ha permitido que los involucrados adopten naturalmente las plataformas y nuevas tecnologías.
El mensaje que promueve una mentalidad experimental ha permeado diversas capas de la organización. El hospital promueve esta actitud con el fin de generar acciones que agreguen valor de manera temprana a problemas urgentes. Y no tienen miedo a prototipar y lanzar productos mínimos viables centrándose en métricas que empujan la costo-efectividad del sistema de salud.
Todo muy natural, todo muy lógico. Tal cual me lo hizo ver mi entrevistado.
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