Hace unos meses, en nuestro blog, se publicó un análisis detallado sobre las razones por las que han aparecido tantas billeteras digitales en Chile y por qué siguen apareciendo sin parar.
También ha pasado más de un año desde que publiqué un primer artículo sobre esta ‘guerra’ de las billeteras. En este nuevo artículo, hago un repaso actualizado del escenario chileno de las billeteras, ad-portas del final de este 2020 bastante especial.
Estamos viviendo una incertidumbre respecto de una pandemia que ha azotado al mundo. Y como producto –más forzado que natural–, muchas de las cosas que solíamos hacer de manera presencial se han vuelto una interacción totalmente a distancia.
Este parece ser el momento y el ambiente propicio para que los pagos por internet, que ya venían ganando terreno a grandes pasos en los últimos años, se consagren en un mundo cada vez más remoto e hiperconectado digitalmente. No es casualidad que la ley haya cambiado en Chile para abrir la competencia en la adquirencia de comercios (antes monopolizada por Transbank), ni que todos los bancos ahora estén sacando “su propia Cuenta RUT”.
Sin embargo en esta “guerra” o carrera, como lo explica claramente Leo Soto en su artículo, hay al parecer, un premio mayor por el que compiten y que hace este negocio tan atractivo para muchos competidores.
En la última década, ha cambiado definitivamente nuestra forma de pagar y dudo que exista la posibilidad de volver atrás. Pasa lo mismo con el sostenido crecimiento del e-commerce, que se ha transformado en parte importante de las comodidades de la vida moderna y ha sido impulsado por la contingencia en plena pandemia, haciendo, en parte, menos desastrosa la subyacente crisis económica.
Podemos agrupar en tres grupos la extensa lista de billeteras que existen (y que todo indica, que seguirán apareciendo porque pareciera que todos quieren tener la propia).
El primer grupo corresponde a aquellas que permiten pagar en diferentes comercios, hacer pagos de persona a persona (P2P) y tener, en general, varias funcionalidades adicionales. Estas pertenecen a startups fintechs disruptoras, que en algunos casos están asociadas a bancos o directamente con emisores de tarjetas. En este grupo tenemos a Mach, Superdigital, Tenpo, Chek y Mercadopago. Incluiré también a Fpay, que es un poco diferente y ya explicaré por qué.
El segundo grupo, corresponde a las que permiten pagar en diversos comercios, pero que solo reemplazan el plástico por el celular. Pertenecen a bancos emisores tradicionales o alianzas de estos con gigantes techs. Aquí nos encontramos con Santander Wallet, Google Pay y Onepay.
Y las del último grupo son, al igual que las segundas, una manera de reemplazar el plástico pero solo para pagar en el comercio dueño de la billetera. Estas wallets usan la pasarela de pago de Transbank: Oneclick, que permite que los clientes guarden de manera segura su tarjeta en la billetera y hacer pagos casi como una suscripción on-demand, o sea al momento de comprar o presionar un botón pagar, sin tener que estar escribiendo los datos del plástico, se hace un cobro en la tarjeta guardada. En este último segmento, encontramos a Copec Muevo, Shell Micopiloto y Starbucks Rewards.
En este artículo abordaré, con una breve reseña de sus funcionalidades, solo las que corresponden al primer y segundo grupo.
Es una billetera del primer grupo, respaldada por Bci. Es pionera en el mercado chileno de wallets y es una de las más descargadas. Hoy, están en plena nueva campaña de adopción masiva, involucrando a comercios y creando una red propia mucho más amplia.
Por detrás, Mach es una cuenta vista en el Banco Bci. Inicialmente, permitía cargar plata en ella a través de transferencia directa, depósito en efectivo y tarjeta de crédito bancaria.
Su objetivo era facilitar la transferencia a otros usuarios que también tuvieran la billetera. Esta funcionalidad también se conoce como pagos P2P (persona a persona). Su principal gracia era que las transferencias eran rápidas y sin fricción. O, al menos, con harto menos fricción que las transferencias típicas en un banco tradicional. Se podían hacer sin tener los datos de la persona: solo bastaba que estuviera en la lista de contactos del teléfono o, mejor aún, por bluetooth acercando los celulares.
También se podía retirar efectivo de tu saldo en Mach a través de los cajeros automáticos Redbanc de Bci, con una opción especial para esto habilitada en estas máquinas.
Además, te permitía crear una tarjeta de prepago con número PAN (los datos típicos de una tarjeta de crédito) para comprar o suscribirte en una infinidad de comercios internacionales. Solo procurando tener saldo disponible, para que no rebotara la transacción. Así, muchas personas que no contaban con una tarjeta de crédito bancaria (Visa, Mastercard, AE, etc.) pudieron pagar su Spotify o Netflix y compraron en Amazon o Aliexpress.
Como todo producto que mira hacia adelante, hoy permite eso y varias cosas más. Por ejemplo, puedes pagar en todos los comercios nacionales por internet a través de Webpay de Transbank y en algunos comercios presenciales, gracias a la tarjeta física que se solicita a través de la aplicación y que envían a tu casa.
También permite pagar por internet y en vivo como usuario de Mach, usando un código QR que tiene el comercio. En esta línea, la empresa ha empezado a trabajar directamente con comercios, creando su propia red de adquirencia. Esto aún está comenzando. Seguramente, el próximo año veremos muchos más comercios operando directamente con esta billetera.
Superdigital es la apuesta del Banco Santander para competir en el atractivo segmento no bancarizado. A diferencia de su anterior competidor, lleva mucho menos tiempo en el mercado y, por ende, su adopción aún es baja. El segmento es complejo. Al parecer, muchas personas no bancarizadas sufren las consecuencias de la gran brecha tecnológica que existe. No se trata solo de que los bancos tradicionales los marginen por ingresos bajos o informales y su historial de endeudamiento, entre otros factores. Así, estas apuestas digitales se vuelven complejas en ese contexto. Hay una tarea para los diseñadores –y para los mismos bancos o dueños de estas aplicaciones– de hacerles la vida más simple a sus usuarios.
Esta apuesta de Santander funciona parecida a Mach, al menos en funcionalidades. Tiene de respaldo una cuenta vista que permite cargarla con dinero a través de transferencias directas y cargas en efectivo en cajeros Redbanc Santander.
A diferencia de su competencia, permite hacer transferencias desde la billetera hacia otros bancos. Puedes, entonces, hacer pagos P2P entre usuarios de Superdigital y con cuentas tradicionales de otros bancos.
Permite también crear una tarjeta de prepago virtual bajo la marca Mastercard para comprar en Chile a través de Webpay o en el extranjero y suscribirse a servicios en internet.
Superdigital, a diferencia de Mach, tiene planes de pago. El primero es gratis, pero los otros dos tienen costos asociados. Y contempla algunos ‘esteroides’ que, para algunos, podrían ser útiles. Estos planes permiten crear más de una tarjeta virtual y solicitar una versión en plástico para pagar en comercios presenciales.
Para incentivar su uso, Santander está creando convenios con comercios donde obtienes promociones y descuentos si pagas con la tarjeta, como adelanto de su propia red de adquirencia.
Con esta billetera, se pueden pagar cuentas básicas, como luz, agua, teléfono, seguros y autopista, inscribiendo tus boletas dentro de la aplicación. También permite recargar celulares de prepago y hacer giros en cajeros Santander, al igual que Mach con los cajeros Bci.
Es probable que toda esta estrategia de productos y segmentos del gigante Santander busque apalancar su red de adquirencia. Esto, con el objetivo de competir con Transbank ahora que la ley y el cambio al modelo de cuatro partes terminaron con su monopolio.
Tenpo es bastante nueva en el mercado chileno.
Tiene un foco y uso similar a las dos anteriores. Pertenece al grupo financiero peruano Credicorp, quienes adquirieron la mayor parte de las operaciones de Multicaja en Chile hace más de un año. Fue diseñada por Krealo, el brazo de innovación abierta del grupo.
Su apuesta es entrar al mercado chileno en el segmento no bancarizado. Al igual que sus competidores, la billetera se enfoca en captar saldos pequeños, facilitando la interacción en los pagos por internet.
Esta billetera hace pagos P2P, al igual que Mach y Superdigital. Como también tiene de respaldo una cuenta vista, se le puede cargar saldo a través de transferencias desde otros bancos y en efectivo en puntos en convenio de su red. También se pueden retirar fondos en estos mismos puntos.
Permite crear una tarjeta de prepago Mastercard para comprar en comercios nacionales e internacionales por internet; sin embargo, no tiene la opción de emisión de tarjeta física para comercios presenciales, como sus dos competidores anteriores.
Eso sí, al igual que Superdigital, permite pagar las cuentas básicas, inscribiéndolas fácilmente en la misma aplicación.
Otras características interesantes, que están próximas a salir, es el retiro en dólares a través de Paypal (por su asociación con Multicaja) y la creación de bolsillos internos para ordenar los gastos y presupuestos.
Como parte del retail financiero, Ripley también se metió en esta ‘guerra’ con su billetera Chek. Y su apuesta sigue siendo similar a las tres anteriores pero con algunas diferencias a favor y en contra. Veamos.
Como las ya nombradas, esta billetera también apuesta por los pagos P2P mediante saldo cargado en ella. Dicho saldo se puede cargar a través de transferencia bancaria (hacia una cuenta vista en el Banco Ripley) y con tarjetas de crédito bancarias, igual como lo hace Mach. Superdigital y Tenpo, en cambio, no cuentan con esta opción.
Permite, además, pagar en tiendas Ripley, con lo que se acumulan puntos de fidelización. También se puede utilizar en una aún incipiente red de adquirencia de comercios que está armando Chek, tal como lo está haciendo Mach, Fpay, Mercado Pago y seguramente Santander.
En Chek, no existe la creación de tarjeta de prepago y tampoco puedes agregarla para pagar usando la app en vez del plástico. Sólo puedes inscribirla para cargar saldo.
Tiene algunas particularidades especiales.
Para evitar la fricción del onboarding y pedir tantos datos, la billetera te da un límite de carga de saldo pequeño solo con tu RUT. Para aumentarlo, es necesario que entregues más datos a la aplicación como el número de serie del carnet y una imagen del mismo. Tal como lo hacen las demás. La diferencia es que las otras lo hacen de carácter obligatorio al principio y, aquí, solo depende de si quieres aumentar tu saldo.
Esta billetera es propiedad de Mercado Libre (Argentina). Partió funcionando como medio de pago dentro de su propio portal.
En ella, no se carga saldo como en las anteriores, sino que se inscribe una o más tarjetas de crédito bancarias. Así, funciona como medio de pago intermediario entre el comercio y el banco, haciendo cargos directos a tu tarjeta.
Es considerada una billetera, no solo porque tenga forma de aplicación, sino porque está en una cruzada de adquirencia de comercios fuera de Mercado Libre (al igual que Mach, Chek y Fpay). Esto permite que los usuarios paguen en comercios que tengan el código QR de Mercado Pago.
Es también una billetera porque, si bien no se efectúan cargas de saldo, igualmente puede almacenar dinero que puede provenir de devoluciones en compras que fueron cargadas a la tarjeta de crédito. Ese saldo se puede mantener a favor para realizar compras o, bien, hacer un retiro hacia la cuenta bancaria que el usuario defina.
Gracias a lo anterior, facilita los pagos P2P entre usuarios de Mercado Pago, usando dinero guardado en la billetera (de reembolsos o pagos de terceros) o cargado a la directo a la tarjeta de crédito del usuario.
Esta es la nueva billetera del Grupo Falabella, dueña de Falabella, Homecenter, Homy, Tottus, Linio, Banco Falabella, Seguros Falabella y, próximamente, la franquicia de Ikea en el Cono Sur.
Es la última de este conjunto, porque tiene características que la hacen especial, un híbrido entre este tipo de wallets y el siguiente grupo.
Es una apuesta del grupo para deshacerse de Google Pay, con quienes habían sostenido contrato hasta hace poco (aún quedan clientes que no han migrado su tarjeta de crédito CMR Visa a CMR Mastercard).
Fpay es una billetera especial porque habilita los pagos P2P, igual que todas las anteriores. Sin embargo, no lo hace desde un saldo precargado por el usuario, sino que lo hace desde una tarjeta de crédito –preferentemente CMR Falabella– o de cualquier otro banco (un cliente puede inscribir una o más tarjetas). En esto, funciona igual que Mercadopago. La tarjeta es guardada por el usuario dentro de la aplicación y los cargos se hacen directos en ella.
Aquí, se desmarca del conjunto anterior, porque solo sirve para pagar en comercios de la red Falabella. No obstante, esto parece ser por poco tiempo. Falabella lleva tiempo creando su propia red de convenios de pago con CMR y es probable que pronto se pueda pagar en su propia red de adquirencia, siguiendo una estrategia similar a la de Mach, Chek, Mercado Pago y Santander.
Esta billetera pertenece al segundo grupo definido al principio de este artículo: las que se enfocan en reemplazar el plástico y permiten pagar en una amplia variedad de comercios de manera presencial o por internet.
El Banco Santander tiene esta otra wallet, previa a Superdigital, para targets diferentes.
La que vimos antes apunta al segmento no bancarizado y de no clientes del banco. Esta es para los clientes del banco. Es una aplicación también diferente a la que usan para administrar los productos de su cuenta corriente.
Como vimos en el artículo pasado es, en duros términos, un clon de Google Pay. Sirve para exactamente lo mismo, como reemplazo del plástico.
Los usuarios meten su tarjeta emitida por Santander dentro de la app, la que permite pagar a través de un token en comercios presenciales vía contactless en cualquier POS igual que con el plástico.
No sirve para pagos por internet.
Y al igual que con el plástico, para compras bajo los 12 mil pesos (o 20 mil como se está probando) no se necesita usar el PIN de seguridad para autorizar la transacción.
Tampoco es necesario desbloquear el teléfono porque usa la tecnología NFC que tienen los teléfonos inteligentes más modernos. Eso sí, los smartphones con iOS quedan fuera, ya que tienen cerrada esa tecnología para uso exclusivo de Apple Pay.
También funciona con el teléfono apagado, porque permite hasta diez transacciones sin conexión. Luego, la aplicación necesita volver a conectarse para renovar el token de la tarjeta en la nube.
Aparte de Google Pay, es la única billetera en Chile que ha querido desarrollar una aplicación usando la tecnología NFC. Como está limitada a usuarios de Android (que no son pocos, pero no son todos), seguramente, esa es la razón por la que no le ha valido la pena a los demás el costo-beneficio de invertir en este desarrollo.
Santander también ha aprovechado la tecnología del chip que va incrustado en los plásticos de sus tarjetas y lanzó un producto llamado Pulsera Chip. Se trata de una pulsera plástica que tiene un chip adentro con los datos de tu tarjeta de crédito y te permite pagar al igual que con el celular o el plástico en cualquier dispositivo POS.
Google Pay es la billetera de Google. Partió funcionando en Chile al alero de CMR Falabella y, luego, se sumó Bci, siendo ambos emisores de Visa.
Sin embargo, Falabella ha estado en un proceso de cambios para unificar sus productos, ofertas y empresas. CMR dejó de ser emisor de Visa y, además, se fusionó con el banco padre del Grupo Falabella, el Banco Falabella.
Como emisores de Mastercard, hoy están de salida con Google Pay, poniendo sus fichas en su billetera Fpay. No obstante, Bci aún tiene la wallet de Google para sus clientes, que se complementa con Mach para sus no clientes.
La billetera de la Big Tech también está disponible en relojes inteligentes Garmin y Fitbit, todos con Android.
La gracia de Google Pay es que puedes pagar usando tu smartphone o tu smartwatch en comercios presenciales en vez de andar trayendo el plástico. Lo mismo que explicábamos con Santander Wallet.
Es probable que Google Pay no se haya masificado en Chile por la limitante de NFC solo para Android y porque exige una comisión importante para los emisores. Este cobro actúa como barrera a la hora de que las instituciones financieras nacionales puedan ofrecer a sus clientes la experiencia de pagar con el celular y dejar el plástico en la casa. El mismo argumento funciona para Apple Pay donde tampoco hay bancos interesados en traer esa experiencia al país.
Transbank, el único adquirente y procesador de pagos en Chile hasta hace poco tiempo, también entró hace unos años en esta ‘guerra’. Aprovechando sus ventajas competitivas, creó Onepay.
Esta billetera utiliza su pasarela Webpay Oneclick que permite tokenizar (guardar una tarjeta segura), para que un comercio pueda hacer cargos recurrentes en ella.
El dueño de la tarjeta se autentica una sola vez al enrolarla en la billetera y, luego, Onepay se hace cargo de los pagos.
La app funciona como un intermediario entre el comercio real donde compras y tú, el dueño de la tarjeta. Solo Onepay hace los cargos y conoce los datos de tu tarjeta.
Este mismo producto de Transbank lo usan Mach y Chek, además de otras billeteras exclusivas de comercios como Shell Micopiloto, Copec Muevo y Starbucks, para hacer cargas directas con tarjetas de crédito bancaria.
Aparte de facilitar pagos rápidos y casi sin fricción, salvo por la introducción de un PIN de 5 dígitos (porque no permite habilitar FaceID o Touch ID para los pagos), una de las principales ventajas de Onepay frente a su competencia es que permite comprar en todos los comercios que tengan integrado Webpay Plus como pasarela de pago o, mejor aún, Onepay nativo.
Y si bien solo permitía pagos online hasta hace poco, Transbank está lanzando hoy pagos QR que permitirán usar la billetera. Los nuevos POS que están introduciendo al mercado también cuentan con Onepay como medio de pago oficial junto a tarjetas de crédito y débito.
BancoEstado nunca ha querido quedarse abajo del avión. Generalmente, llega un poco tarde –o llega a tiempo pero con hartos problemas de performance que hace que sus productos terminen siendo más odiados que amados.
Sin embargo, el segmento o target de estas billeteras va alineado a la inclusión financiera y BancoEstado juega un rol fundamental en esa función. Es por eso que hace tiempo lanzaron Pago RUT que hoy se está fusionando con la app central del banco para transformarse en funcionalidad de pago dentro de ella. De esta manera, permitirá pagar en comercios integrados a la red usando el RUT y, ahora, la Cuenta RUT.
A modo de cierre, armé una tabla comparativa de funcionalidades que permitirán tener un panorama general de todas estas billeteras.
Seguramente, seguirán apareciendo nuevas billeteras. Hay varios emisores en el mercado y entidades financieras que tienen licencia para crear cuentas con provisión de fondos (CPF), como las cajas de compensación o las cooperativas. La Caja Los Héroes y Coopeuch, por ejemplo, ya lanzaron sus tarjetas de prepago. Y las demás, seguro, están cocinando lo suyo.
¿Y tú, cuál de todas estas billeteras usas?
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