Desde febrero de 2019, Continuum se transforma en un laboratorio cada viernes. No solo ensayamos innovadoras formas de resolver los dolores de nuestros clientes; también desarrollamos startups, emprendimientos y nuevas capacidades.
“Recomiendo Médico a Distancia porque es una plataforma amigable y fácil de usar para personas que no están familiarizadas con la tecnología. Gracias a ella, hemos atendido personas de Copiapó y Puerto Montt y, en ese contexto ha sido una herramienta digital que además nos ha permitido acercarnos a regiones”, nos dijo Tatiana Corbeaux, fundadora y directora ejecutiva de Oncoloop, después de probar un sistema creado por Continuum que pusimos a su disposición como forma de ayudar con su misión: mejorar la calidad de vida de los pacientes con cáncer.
La conversación es el resultado de una idea que veníamos planeando desde febrero de 2019, cuando asumí como gerenta de Operaciones de Continuum: transformar los viernes en un espacio para que el equipo aprendiera algo nuevo y con impacto en la consultoría. La idea era entrenarnos a través de la práctica en el pensamiento lean.
Para explicar a posibles clientes, el por qué trabajamos en consultorías 4 en lugar de 5 días, les decimos: “Si los consultores que hoy trabajan contigo tienen este espacio, estarán adquiriendo conocimiento que les servirá para hacer mejor consultoría, generando más impacto en los resultados, esos que para ti y nosotros son importantes”. Y aunque al comienzo este diálogo fue complejo, hoy en día cada vez más clientes que confían en nosotros.
La experiencia no solo ha sido útil para ellos. También nos ha permitido sacar adelante startups y emprendimientos, desarrollar capacidades y vincularnos con el medio. Justamente, como sucedió con Oncoloop.
Bautizamos el espacio como Friday Challenges y lo estructuramos en ciclo de cuatro viernes trabajando a full y uno de esparcimiento, para descansar.
Para cada ciclo, desarrolladores, diseñadores y consultores se unían en equipos circunstanciales en torno a un desafío que debía cumplir una condición: generar valor desde el primer día, tener un producto utilizable por un usuario.
La longitud del desafío era clave para lograrlo. Porque, si tienes solo cuatro días, no puedes gastarlos todos para hacer partes de tu producto y lanzar al final. Debes tener un producto mínimo viable en la primera sesión para medir su efecto y mejorarlo. En esa lógica, el segundo viernes generábamos mejoras y volvíamos a medirlas en un ciclo de mejora continua hasta el cuarto y último día.
Y tras un año de trabajo, llegó el momento de los análisis.
La primera lección que sacamos es que es posible generar valor desde el primer día. Pudimos comprobar la hipótesis que teníamos. Para eso, es importante acotar el tamaño del desafío y reducir la primera versión solo a lo que resuelve el problema para que, efectivamente, se transforme en un producto mínimo viable. Así, por ejemplo, varios problemas que necesitarían un sitio web para ser resueltos fueron reducidos a formularios de Typeform, archivos de Google Docs o infografías, por ejemplo. Todo, para interactuar con los usuarios lo antes posible.
Entendimos que la gente tiene que sentirse dueña de los desafíos. Sin eso, la idea o el naciente producto está condenada a morir. Cuando los desafíos son propuestos por el mismo equipo y uno de ellos toma el rol de líder, este empuja el cumplimiento de las metas. Así, dejamos de tener una lista de proyectos pre-armada como consultora y comenzamos a pedir que los mismos grupos de trabajo hicieran sus propuestas. Con esta estructura, los Friday Challenges terminaron siendo parte del entrenamiento para el rol de product lead.
Generamos más conciencia gracias a la práctica, que lanzando un producto se aprende aún más. Los tests de diseño ayudan muchísimo a validar antes de implementar. Sin embargo, solo con usuarios reales que usen tu producto puedes aumentar el aprendizaje y así comienzas a iterar, en base al uso de tu producto, no a supuestos.
Este trabajo con clientes reales también despierta el entusiasmo del equipo. Y ese match entre un grupo motivado y una necesidad real empuja los resultados.
Como no todos tienen los mismos intereses en Continuum y queríamos evitar que esto fuera un obstáculo para participar, abrimos las puertas a variadas propuestas. Como respuesta, por ejemplo, se formaron dos equipos de tres desarrolladores que prepararon un curso de React y otro de microservicios. Dictaron los cursos en formato workshop en dos mañanas de viernes agendadas para ello, y todos disfrutaron del proceso. Bajo la misma dinámica, tuvimos talleres de Figma, evaluación de herramientas para hacer mejor nuestro trabajo y otros.
Y empezaron a aparecer los resultados.
Una se queda con los resultados. Sin embargo, hay que reconocer que la historia no estaría completa sin admitir que también tuvimos y tendremos muchas más dificultades de las que tendremos que aprender. Por ejemplo, como llenamos los viernes con actividades más intensas, dejamos de realizar actividades que eran parte de nuestra cultura, como celebrar cumpleaños, hacer sobremesa o tomarnos un break. Al volvernos más eficientes, también comenzamos a compartir menos. Así, aprendimos que luego de estas carreras intensas, necesitamos reconectarnos y descansar. Para ello, añadimos un viernes de esparcimiento a nuestros ciclos, con el objetivo de pasarlo bien, comer, compartir. Aprovechamos los juegos de mesa, la consola de videojuegos y el televisor para colocar videos musicales, celebrar el cierre de un ciclo y compartir en equipo.
Como cualquier proceso valioso, no ha sido simple. Aunque hemos tenido tropiezos, han sido más los aciertos y aprendizajes. Me siento feliz por este viaje y forma de trabajo que hemos ido depurando juntos.
Hoy, Continuum está viviendo una transición hacia ser una consultora global y nos tocará un nuevo desafío: que los Friday Challenges una a nuestro equipo completo, Chile y Perú. Entendemos que el camino que estamos recorriendo exige también globalizar prácticas y rituales. Aprovecharemos todo lo aprendido y volveremos a iterar por enésima vez este espacio que tanto crecimiento nos ha entregado.
Los ciclos serán de seis viernes ahora: uno para definir el desafío y alinearnos, cuatro para ejecutar y uno para celebrar y compartir.
Y sí, seguimos teniendo la convicción de que nos hacemos mejores consultores gracias a los viernes. Porque los viernes, ¡son para nuestros desafíos!
En Continuum, creemos que la tecnología, el diseño y el conocimiento de negocio impactan en los resultados finales. Confía en Continuum. Te invitamos a conversar. Podemos hacerlo en remoto. Escríbenos a hola@continuumhq.com y visita nuestra web www.continuumhq.com.
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