Cuando pagas con tu tarjeta, todo parece suceder en un parpadeo: pones la tarjeta en el terminal, se escucha el “bip”, te llevas tu compra y todos felices. Sin embargo, aunque el pago se autoriza de inmediato, como podrás suponer, el comercio no recibe el dinero al instante. Detrás de esa aparente inmediatez hay una compleja infraestructura compuesta de varios actores, que es en parte responsable de que el comercio reciba los pagos de manera diferida, dependiendo del tipo de tarjeta utilizada.
En Chile, las transacciones con tarjetas de débito y prepago suelen completarse en 24 horas, mientras que las de crédito requieren 48 horas (o incluso más en otros países), debido al mayor riesgo financiero que implica este tipo de operación.
Veamos como sucede esto.
Para simplificar las cosas, primero hay que entender como en el modelo de cuatro partes cada actor juega sus roles y que obtiene a cambio de la transacción.
🔹 Adquirente: Captura y enruta la transacción desde el comercio (a través del POS o pasarela) y la envía a la marca. Cobra por hacerse cargo de este procesamiento, una comisión conocida como merchant discount rate (MDR), de la cual obtiene una fracción llamada margen adquirente.
🔹 Marca de tarjeta (Visa, Mastercard, etc.): Conecta la transacción que viaja desde el adquirente al emisor, validándola en milisegundos y. aplicando protocolos de seguridad (por ejemplo, para la detección de fraudes). Obtiene del MDR, los llamados costos de operación y marca.
🔹 Emisor: Verifica que el cliente es quien está realizando la transacción (usando PIN, OTP o biometría), y corroborando si este tiene saldo o crédito disponible para autorizar el pago, ganando una tasa de intercambio (TI) que también es parte del MDR.
Esto ocurre por cada transacción con tarjeta. Sin embargo, hasta aquí solo hay operaciones autorizadas, dinero acreditado, pero ningún peso se ha movido. La verdadera transferencia de fondos ocurre más adelante en el proceso llamado settlement (o liquidación).
El primer paso de la etapa es el clearing. Antes de que el dinero se mueva de verdad, las marcas de tarjeta realizan un proceso de compensación, también conocido como clearing.
Es un paso crucial para organizar y conciliar las transacciones realizadas durante un tiempo (por ejemplo, un día, según el tipo de transacción).
Aquí las marcas determinan:
Esto garantiza que los datos financieros estén correctos y que cada actor reciba lo que le corresponde antes de mover realmente los fondos.
En el segundo paso de esta etapa, una vez completado el clearing, las marcas hacen dos movimientos principales:
Para mantener la transparencia y separación de roles en el ecosistema de pagos, el emisor nunca tiene contacto directo con el adquirente. Todo el proceso de compensación y liquidación es gestionado por las marcas de tarjeta, que actúan como una cámara de compensación automatizada (ACH), organizando y moviendo los fondos entre las partes.
Y por último, una vez completado el settlement, los adquirentes deben realizar los pagos a todos los comercios simultáneamente.
En Chile este proceso puede realizarse a través de empresas tradicionales como bancos y la CCA, así como también mediante nuevos actores que han emergido en mundo Fintech como Shinkansen. Estos partners también ofrecen servicios de transferencias rápidas y múltiples hacia cuentas bancarias.
Vale mencionar que, tanto emisores como adquirentes contratan servicios de procesamiento para gestionar estos pagos de manera eficiente. Por otro lado, los adquirentes suelen estar secundados o intermediados por PSP (Payment Service Providers), que operan en roles de sub-adquirentes, añadiendo una mayor complejidad en la administración de los pagos para ese lado del modelo, especialmente en transacciones internacionales o de alto volumen.
El modelo de cuatro partes asegura que cada actor del ecosistema cumpla su rol sin interferencias. Las marcas justifican su existencia, no solo porque sean quienes otorgan las licencias de emisión o inviertan recursos en promover el medio de pago, sino porque han desarrollado tecnología de punta para que las transacciones fluyan sin fricciones entre ambos roles de emisor y adquirente, garantizando rapidez, seguridad, eficiencia e interoperabilidad.
Aquí la foto completa:
¿Entendías este proceso? Cuéntame que te parece o si quieres aportar algún otro detalle y/o corrección. Bienvenidos los comentarios.
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