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La primera vez que escuché el concepto “error no forzado” fue cuando, de adolescente, empecé a ver tenis, empujado por la ascendente carrera de Marcelo “Chino” Ríos, nuestro primer y único número uno del mundo del ATP en Chile. El término, como sabrán algunos, proviene del tenis, pero con el tiempo se ha adoptado en otros campos como los negocios y la política.
Hoy, el Gobierno está enfrentando una crisis por el mal manejo de una grave denuncia contra un miembro de su gabinete— una situación que pudo haberse evitado, gestionado el caso de mejor manera — , me trajo nuevamente el término a la memoria y pensé en aplicarlo a otro tema que también implica un alto riesgo de cometer errores no forzados, con consecuencias nefastas para su éxito: el Open Finance.
La metáfora me gusta porque refleja esos momentos en que, cuando no había razón de hacerlo porque el control está en nuestras manos, cometemos errores que se pudieron evitarse. Errores que, dependiendo del contexto, pueden desencadenar consecuencias insospechadas.
En este artículo abordo las lecciones que nos han dejado las experiencias de otros países, que podemos aplicar a la implementación de nuestro propio Sistema de Finanzas Abiertas (SFA). Un proceso que, esperamos, nos conduzca con éxito hacia un sistema financiero más equitativo y dinámico.
Desde la promulgación de la Ley Fintech en 2023, la Comisión para el Mercado Financiero (CMF) comenzó a escribir las reglas para el desarrollo de este sistema, que busca que Chile tenga un entorno financiero más competitivo y con mayores oportunidades tanto para empresas como consumidores. En julio pasado, finalmente el ente promulgó las normas, con un primer horizonte para finales de 2026, en que se espera que la información de todos los participantes esté interconectada a través de APIs, lo que permitirá a las empresas crear productos más personalizados y a los usuarios tener el control sobre sus datos financieros.
Open Banking Implementation Demystified — Blanc Labs
Al igual que en un partido de tenis, los errores no forzados acechan. Sin embargo, la implementación del Open Finance en Chile puede beneficiarse, en gran parte, de las lecciones aprendidas por otros países, para evitar perder el partido.
A medida que los sistemas de Open Finance y Open Banking se han ido implementando en diferentes países del mundo, los resultados han sido variados. Algunas regiones han conseguido avances notables, mientras que otras han tropezado con obstáculos que podrían haberse evitado con una mejor planificación o mayor precisión en la ejecución.
Adopción de Open Banking en el mundo (Konsentus)
Exploremos entonces cuáles han sido estos aciertos y errores que podrían servir de ejemplo para Chile.
Aciertos: El Reino Unido se destacó como pionero en la implementación de Open Banking, con un enfoque sólido en una regulación clara y anticipada. La Directiva de Servicios de Pago (PSD2) fue fundamental para establecer desde el principio reglas precisas sobre la seguridad y el intercambio de datos, que ayudó a crear confianza tanto a las instituciones financieras como en los consumidores. Otro acierto fue la campaña educativa dirigida a todos los actores, en especial a los consumidores, que enfatizó los beneficios del sistema, logrando que las personas entendieran cómo mejorar su experiencia financiera y tener mayor control sobre su información. Esta combinación de regulación y educación permitió una mayor adopción y confianza en el sistema.
Errores: Si bien el Reino Unido ha sido de los más exitosos casos en general, uno de sus desafíos fue mantener la competencia equilibrada entre bancos tradicionales y fintechs. Aunque la competencia generó productos personalizados y mejoró la experiencia del usuario, algunos bancos más pequeños tuvieron dificultades para adaptarse a la nueva normativa y competir con grandes instituciones, lo que planteó ciertos obstáculos para un ecosistema completamente equitativo.
Errores: A pesar del éxito del CDR, un reto ha sido la complejidad técnica del sistema, que en algunas ocasiones resultó difícil de implementar para las instituciones más pequeñas. La infraestructura necesaria para cumplir con los estándares técnicos impuestos por el regulador requirió inversiones significativas que no todos los actores pudieron asumir fácilmente. Esto ha generado un cierto desfase en la adopción entre grandes bancos y fintechs más pequeñas.
Aciertos: Brasil ha sido líder regional en la implementación de Open Finance, con un fuerte énfasis en la inclusión financiera. Al tratarse de un país donde una gran parte de la población no tenía acceso a servicios financieros tradicionales, este enfoque ha jugado un rol importsnte. Además, la adopción se realizó en fases claramente definidas, comenzando por la compartición de datos básicos, lo que permitió una transición gradual y la adaptación tanto de los bancos como de los consumidores. La colaboración efectiva entre reguladores, bancos y fintechs fue otro de los grandes logros del modelo brasileño.
Errores: Uno de los principales errores en Brasil ha sido la falta de una educación adecuada para los consumidores. Aunque la implementación técnica fue exitosa, muchos brasileños aún no comprenden plenamente los beneficios de compartir sus datos financieros, lo que ha ralentizado la adopción del sistema. La ausencia de una campaña educativa robusta es un desafío que podría comprometer la expansión del sistema a largo plazo.
Aciertos: India avanzó rápidamente con su infraestructura fintech, apoyada en innovaciones como la India Stack, que incluye la plataforma biométrica Aadhaar y la interfaz de pagos unificados UPI (Unified Payments Interface). Esto facilitó la democratización del acceso a los servicios financieros, permitiendo a millones de personas sin cuentas bancarias participar en la economía digital. La integración de Open Finance en este ecosistema ha permitido la creación de productos como créditos y seguros personalizados, fomentando la inclusión y expansión del mercado financiero.
Errores: El principal desafío en India ha sido la desconfianza en la seguridad y privacidad de los datos. A pesar de contar con una infraestructura tecnológica avanzada, muchos consumidores son reticentes a compartir su información financiera, debido a preocupaciones sobre posibles fraudes o mal uso de los datos. Además, la diversidad cultural y económica del país ha hecho difícil implementar soluciones que sean efectivas en todas las regiones, lo que ha impactado en una mayor adopción.
Aciertos: En Estados Unidos, el sector privado ha sido el motor del avance hacia Open Banking. Muchas grandes instituciones financieras han implementado soluciones innovadoras y plataformas tecnológicas robustas para mejorar la experiencia del cliente. Esta iniciativa del sector privado ha permitido el desarrollo de soluciones competitivas y personalizadas, creando un mercado financiero dinámico y en expansión.
Errores: La falta de un marco regulatorio unificado ha sido el mayor obstáculo en Estados Unidos. A diferencia de Europa o el Reino Unido, donde la regulación fue clara desde el principio, en EE.UU. no existe un estándar nacional que guíe la implementación de Open Banking. Esto ha llevado a un desarrollo desigual, donde algunas instituciones han adoptado el modelo proactivamente mientras otras se han mostrado reacias. Además, la desconfianza en la privacidad de los datos sigue siendo un gran problema para los consumidores, lo que ha ralentizado la adopción del sistema.
El mayor desafío en Europa ha sido la falta de armonización técnica entre los diferentes países, lo que complicó la implementación para las fintechs. Las variaciones en los estándares tecnológicos hicieron que la interoperabilidad fuera difícil, ralentizando el desarrollo del ecosistema. Además, la comunicación hacia los consumidores no fue siempre efectiva; en muchos casos, el foco estuvo más en las instituciones financieras, dejando a los usuarios finales con dudas sobre los beneficios reales de compartir sus datos financieros, lo que frenó la adopción en algunos mercados.
Regulación clara y coherente
La necesidad de una regulación sólida y bien definida es fundamental. El Reino Unido y Australia muestran cómo un marco regulatorio claro puede generar confianza tanto en los consumidores como en las instituciones financieras. Chile debe asegurarse de que su regulación no solo sea robusta, sino también comprensible y accesible para todos los actores.
Educación y confianza del consumidor
Uno de los principales retos de Open Finance es la adopción por parte de los consumidores. Los casos de éxito, como el del Reino Unido, muestran que la confianza de los usuarios depende en gran medida de una comunicación clara sobre los beneficios del sistema. Chile debe asegurarse de llevar a cabo campañas educativas que expliquen de manera sencilla cómo los consumidores se beneficiarán de tener mayor control sobre sus datos financieros. La falta de comprensión de los consumidores, tanto en Brasil como en India, ha frenado la adopción masiva. Chile debe anticiparse a este desafío con campañas educativas que destaquen los beneficios y la seguridad del sistema de finanzas abiertas.
Estándares técnicos interoperables
El error de Europa con la falta de armonización técnica debe servir como una advertencia para Chile. Un sistema de Open Finance depende de que todas las partes involucradas, desde los bancos hasta las fintechs, puedan operar de manera fluida. Es crucial implementar estándares técnicos sólidos que permitan la interoperabilidad y eviten fricciones innecesarias.
Fomento de la colaboración entre bancos y fintechs
El éxito del Open Finance también dependerá de cómo interactúan los actores tradicionales, como los bancos, con los nuevos jugadores del mercado, como las fintechs. Chile debe crear un entorno que incentive la colaboración y competencia sana entre ambos, fomentando la innovación sin poner en riesgo la estabilidad del sistema financiero.
Implementación por fases
Como en el caso de Brasil, una adopción gradual permitirá a Chile identificar y corregir problemas técnicos o regulatorios antes de que afecten al sistema en su totalidad.
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Una de las claves para el éxito del Open Finance está en cómo se comunican sus beneficios. Cada grupo de actores necesita entender cómo este nuevo sistema puede mejorar sus perspectivas e intereses.
Para los bancos y otras entidades financieras: Es esencial enfatizar que el Open Finance les proporcionaran acceso a datos valiosos que podrán utilizar para ofrecer productos más personalizados, mejorar la gestión de riesgos y reducir los costos.
Para las fintechs: Las fintechs deben ver el sistema como una oportunidad para acceder a una base de clientes más amplia y competir en igualdad de condiciones, creando productos innovadores sin necesidad de grandes infraestructuras.
Para los consumidores: Los usuarios deben comprender que este sistema les proporcionará mayor control sobre sus datos financieros, permitiéndoles acceder a servicios financieros más adecuados a sus necesidades y en condiciones más competitivas.
Consentimiento del Usuario: Al igual que en países como el Reino Unido y Australia, en Chile se establece que el consentimiento de los usuarios es un elemento clave para el funcionamiento del SFA. La norma chilena exige que los usuarios den su autorización explícita para el uso y la transferencia de sus datos entre diferentes proveedores de servicios financieros. Este proceso incluye un alto estándar en términos de seguridad y autenticación, similar a los modelos de Reino Unido y Australia, donde se enfatiza la protección del cliente y el control sobre sus datos.
Gradualidad en la implementación: Al igual que en Brasil, Chile ha optado por una implementación progresiva del SFA, permitiendo que las entidades financieras se adapten de manera gradual a los nuevos requisitos regulatorios y tecnológicos. Esta estrategia busca minimizar riesgos e interrupciones, facilitando una transición más ordenada. En Chile, el calendario de implementación comenzará con la entrega de información sobre productos y servicios financieros, seguido por la compartición de datos más sensibles como los de personas naturales y jurídicas en etapas posteriores.
Educación y confianza del consumidor: Un desafío que enfrenta Chile y que ha sido una lección clave de Brasil, es la necesidad de educar a los consumidores sobre los beneficios de compartir sus datos financieros. Aunque la norma chilena pone un fuerte énfasis en la seguridad, aún queda trabajo por hacer en cuanto a la comunicación y la generación de confianza en los usuarios, un punto que Brasil aún está perfeccionando.
Competencia y colaboración entre actores: Similar a las experiencias de Brasil y Australia, Chile busca fomentar la competencia entre bancos tradicionales, fintechs y otros actores financieros, lo que debería traducirse en la creación de productos y servicios más innovadores y personalizados para los consumidores. En Chile, al igual que en Brasil, se promueve la colaboración entre todos los actores del sistema para garantizar que los beneficios de las finanzas abiertas lleguen tanto a empresas como a consumidores.
En resumen, la normativa chilena refleja varias de las mejores prácticas internacionales en Open Finance, pero deberá superar desafíos como la educación del consumidor y la rigurosidad en implementación técnica para asegurar su éxito.
Chile tiene potencial para ser un nuevo líder en la región con un sistema de finanzas abiertas ampliamente adoptado, pero dependerá de como terminen ejecutándose muchos de los factores revisados en el artículo.
En síntesis, una regulación clara, una educación adecuada para los consumidores finales y también para la misma industria, un enfoque en la interoperabilidad y un ecosistema que fomente la colaboración, son los pilares que pueden determinar el éxito de finanzas abiertas en Chile.
El final de este partido, está por verse.