Si trabajas en Producto o desarrollando iniciativas tecnológicas, esto seguro ya te ha pasado: estás en una reunión (o incluso puede que ni siquiera estés en ella) y un stakeholder lanza una idea que parece brillante y millonaria.
Suena muy bien, es atractiva e impresiona a la audiencia de inmediato.
Luego suele suceder que rápidamente deja de ser una idea y se convierte en una iniciativa… y eres TÚ quien tiene que hacerla realidad, ¿qué camino tomarás?
De corazón, espero que antes de lanzarte con todo a analizar la solución, valides siempre si más allá de la idea, existe una real oportunidad que generará impacto al negocio. Sea que ya lo hagas o si quieres empezar a hacerlo antes de diseñar e implementar soluciones que no sabemos si responden a una necesidad real, este artículo es para ti.
Aquí exploramos cómo transformar ideas atractivas en oportunidades que realmente marquen la diferencia usando técnicas del Discovery Continuo, que también podrás aplicar diariamente en tu quehacer como persona de Producto.
Una idea genial brilla intensamente, pero ya sabemos que no todo lo que brilla es oro. Validar si estamos frente a un problema real es esencial y el Discovery Continuo se convierte en un gran aliado para poder hacer esto.
La validación es un proceso que nos permite transformar hipótesis en hechos y podemos fácilmente apoyarnos en técnicas del Discovery Continuo para hacerlo:
No todas las ideas nacen en el vacío. Escucha siempre atentamente a los stakeholders y, sobre todo, investiga si esa percepción compartida tiene eco en otros usuarios. ¿Existe un problema común que esta idea podría solucionar?
En el corazón del Discovery Continuo está algo tan simple como poderoso: conversar constantemente con quienes usan y construyen el producto. No se trata de hacer una ronda de entrevistas una vez al trimestre (o al año, ups) y listo, sino de integrar el diálogo como parte del día a día.
Hablar con usuarios y stakeholders de forma frecuente nos permite detectar señales tempranas, patrones que se repiten, necesidades que todavía no tienen nombre. A veces, una frase dicha al pasar puede ser la punta del iceberg de una gran oportunidad. Pero si no estamos ahí, escuchando con atención y curiosidad, se nos puede pasar de largo.
¿Cómo hacemos esto? Puedes generar instancias como un café con tus stakeholders, pero a veces solo basta con tener las antenitas muy paradas en cada reunión, no ignorar si alguien se sale del tema en una conversación sobre otra necesidad y hacer zoom si es necesario.
Y acá quiero enfatizar en el concepto de “rápido”, ya que no es necesario que tengamos una maqueta acabada para poder empezar a validar una idea/hipótesis. ¿Tienes poco tiempo? (No tengo pruebas, pero tampoco tengo dudas de que es así). Entonces incluso un wireframe en papel te puede servir para comenzar a validar. El objetivo acá no es pulir cada detalle, sino convertir la idea en algo tangible que se pueda poner frente a un usuario.
¿Cómo hacemos esto? Además de wireframes de baja fidelidad, en papel o digitales, puedes buscar referencias de otras soluciones en la industria que puedas mostrar para entender si por ahí es el camino o no.
3. Priorización basada en impacto:
No todas las oportunidades tienen el mismo potencial ni tampoco podemos validar todas las hipótesis con el mismo nivel de profundidad, ¿no? Por eso el Discovery Continuo nos da guías para validar de forma más eficiente e inteligente 🤓
Priorizar es clave para enfocar el aprendizaje y reducir el riesgo. La pregunta que siempre deberíamos hacernos es: ¿Qué es lo más incierto o riesgoso de esta idea? Aquello que, si resultara falso, echaría por tierra toda la potencial iniciativa o solución. Esa es la hipótesis que debemos validar primero. Así, evitamos invertir tiempo y esfuerzo en algo que podría no tener sentido desde el inicio. Este enfoque nos permite avanzar con más claridad, construyendo sobre aprendizajes reales y no sobre suposiciones.
¿Cómo hacemos esto? Utiliza frameworks (como RICE o ICE) para evaluar si el esfuerzo requerido se compensa con el impacto esperado. Aquí, se trata de afinar tu intuición con datos y feedback real, evitando invertir recursos en ideas que, aunque suenen atractivas, no aporten el valor deseado.
La validación no es un proceso ad hoc, sino un conjunto de prácticas que, bien aplicadas, te permiten surfear en lugar de naufragar. Algunas técnicas recomendadas incluyen:
Validar una oportunidad es una forma de prepararse antes de invertir tiempo y recursos en una idea. Por muy prometedora que parezca, una idea necesita ser contrastada con feedback real y análisis riguroso para convertirse en una iniciativa de Producto sólida.
Integrar el Discovery Continuo en este proceso en tu trabajo diario te permitirá no solo identificar oportunidades genuinas, sino también adaptarte y tomar mejores decisiones en un entorno que cambia todo el tiempo. Incluyendo estas prácticas en tu día a día podrás lanzarte con mayor confianza a implementar soluciones que realmente generan impacto para el negocio y para los usuarios.
Etiqueta: