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Salud, coronavirus y transformación digital: un llamado de emergencia, baby

Escrito por Francisco Otondo | 28-04-2021 12:00:00

Tendremos grandes oportunidades después de la pandemia: Latinoamérica se podría poner a la vanguardia en la oferta de servicios remotos en salud y las personas podremos acceder a mejores beneficios. Ojalá que no las dejemos pasar.

El mercado de atenciones remotas crecerá 5,5 veces a nivel mundial. (Imagen: PAHO)

Esta es la tercera entrega de una serie en que analizamos el impacto de la transformación digital en tiempos de coronavirus en áreas que, creemos, serán fundamentales para transformar a Latinoamérica en un hub de innovación y negocios tecnológicos. Y está dedicado al mundo de la educación.

Los otros capítulos de esta serie:

Uno de los sectores más presionados por la crisis del coronavirus es Salud. La enfermedad obligó a movilizar y coordinar los servicios de urgencias, las unidades de tratamientos intensivos y las de cuidados intensivos del sector público y el privado junto a otras instituciones para responder al incremento en la demanda.

La pandemia también alteró la rutina de quienes asisten a las consultas en los centros médicos. Estos lugares se transformaron, de pronto, en zonas de peligro como foco de contagio.

“Antes del coronavirus, sí había procesos de transformación digital ejecutándose, pero no tan masivamente ni con tanta visibilidad como ahora”, explica 

Liliana Reyes, líder de Salud de Continuum.

 

La transformación digital acudió al llamado de emergencia para la salud.

Uno de los principales desafíos que debió enfrentar la TD fue la comunicación. El coronavirus exigió coordinar a varios actores. Los niveles de atención de salud primaria y secundaria tuvieron que actuar en conjunto. Y los prestadores públicos y privados se debieron poner de acuerdo con los ministerios de Salud, Educación, Transporte o Interior y otras direcciones gubernamentales.

El personal de salud fue clave.

“Mostraron el compromiso necesario para enfrentar la pandemia”, afirma Liliana Reyes. “Fueron capaces de recibir entrenamiento en dispositivos nuevos y de aprender a trabajar en equipo con personas con las que antes no habían trabajado”.

Este grupo ha debido lidiar con nuevos procesos y sistemas de información que no siempre estaban preparados para una alta demanda.

“No es lo mismo llenar un formulario manualmente para notificar un caso COVID y demorarte 15 minutos cuando tienes poco flujo de pacientes, que cuando tienes un alto flujo de pacientes y esos 15 minutos te duelen, porque sabes que podrías aprovecharlos en atender a otro”, dice Soledad Paredes, consultora de Salud de Continuum.

La coordinación se vio favorecida por la existencia de registros clínicos electrónicos en la mayoría de los servicios asistenciales. La herramienta fue clave para administrar la información de los procesos de urgencia, atención ambulatoria y hospitalización, entre otros.

Se debieron ajustar los procedimientos de atención con nuevos protocolos. Porque la transformación digital no es solo la adopción de herramientas o digitalización. El proceso vivido por los centros de salud también obligó que personal de salud y pacientes tuvieran que adoptar nuevos hábitos. Eso se sumó a la dificultad de contratar y entrenar a un gran número de nuevos profesionales para hacer frente a la crisis.

“La implementación sin pandemia ya estaba en curso, pero claramente avanzaba a una velocidad menor debido a que este tipo de ajustes en la manera de entregar servicios implican cambios culturales y normativos”, asegura Liliana Reyes.

Un caso lo tenemos en el sector público chileno. Fonasa debió aumentar la codificación de prestaciones cubiertas por telemedicina. Así, los pacientes recibieron este tipo de atención con cobertura del Estado y no solo en modalidad particular.

(Tele)medicina para todos

Además de la atención de urgencia, hubo que asegurar la continuidad de las consultas médicas diarias, ya sean espontáneas o por control.

Algunos logros de la industria que enumera Liliana Reyes:

  • Se multiplicaron por 10 o más la cantidad de consultas diarias
  • Aumentaron los centros de salud con plataformas de atención remota
  • Se implementaron sistemas informáticos para agilizar la notificación o registro de información que se envía a otras instituciones. Si este registro es manual, el profesional pierde entre 15 y 20 que pueden ser ocupados en otro paciente.

Para la consultora, se hizo evidente que la voluntad política, el respaldo y el impulso estatal son fundamentales para ajustar la regulación y beneficiar a los pacientes.

¿Seguirá ese impulso después de la pandemia?

En el corto plazo, es muy probable que algunos profesionales y pacientes quieran retomar viejas prácticas al volver a la normalidad.

Sin embargo, los usuarios exigirán que se mantengan los avances: muchos de quienes recibieron nuevos servicios difícilmente querrán volver atrás.

Esta tensión entre pacientes, instituciones y personal de salud podría tener un generar oportunidades para que Latinoamérica se ponga a la vanguardia en el desarrollo de servicios médicos remotos.

Si los grandes hospitales y clínicas no desarrollan la telemedicina, otros actores medianos y nuevos lo harán. De hecho, el mercado de atenciones remotas crecerá 5,5 veces a nivel mundial, de 34 mil millones de dólares en 2008 a 185 mil millones en 2026, según Fortune Business Insights.

Sin la presión de la contingencia, se revisará si este progreso transformó digitalmente del sector. ¿O solo se traspasaron procesos físicos a sistemas de información sin repensarlos para canales digitales que reduzcan la ineficiencia del trabajo manual?

La interoperabilidad de los sistemas entre organizaciones públicas y privadas también aparece como un desafío que beneficiará a los pacientes.

Hospitales y clínicas adoptaron soluciones rápidas que fragmentaron la información de los usuarios. Centralizar estos datos permitirá formar una red de salud unificada. Con esto, los pacientes dejarían de cargar sus carpetas con multitudes de exámenes, informes y su historial clínico. Los médicos, como contraparte, contarían en un lugar con toda la información para dar diagnósticos más precisos y terapias más efectivas.

Relacionado con lo anterior, está el desarrollo de aplicaciones o portales donde los pacientes administren y compartan su información de salud de manera práctica, segura y confidencial. Esto los empodera. Pasan a ser propietarios de datos que hoy residen en los centros médicos. Y pueden acceder a mejores tratamientos. Por ahora, los proyectos que hay solo funcionan en algunos centros asistenciales, sin la posibilidad de utilizar la información clínica masivamente.

En esta pandemia, se han privilegiado las atenciones presenciales para urgencias y problemas respiratorios. Sin embargo, una gran parte de la población sufre enfermedades crónicas, como diabetes, hipertensión o hipercolesterolemia, entre otras. Estos pacientes han dejado de asistir a sus controles. El desarrollo de plataformas de seguimiento les permitirá continuar sus tratamientos, realizar controles y recibir recetas, con el objetivo de evitar descompensaciones o mayores problemas de salud en el futuro.

Con la transformación digital en salud, se abre una gran oportunidad. Es la oportunidad de acceder a mejores tratamientos, en los mejores centros, con los mejores profesionales y con menos costos pese a la distancia. Es la oportunidad para que todos tengamos una mejor salud. Y, para Latinoamérica, es la oportunidad ponerse a la vanguardia en servicios de salud remotos.

Ojalá que no la vayamos a perder.

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